Productividad CAD vs BIM

Muy a menudo solemos encontrar por las redes sociales debates sobre la productividad de trabajar en BIM vs CAD, discusiones a golpe de Tweet que no profundizan en lo que significa trabajar en una y otra metodología y herramientas, discusiones que realmente no comparan la productividad de ambos métodos de trabajo, ya que no se paran a analizar en cada caso, los recursos incorporados al proceso y el resultado obtenido, lógico por otro lado tratándose de breves comentarios y opiniones de corto desarrollo.

En este artículo vamos a analizar la productividad de una pequeña parte del proyecto, del saneamiento enterrado, quizás porque en cuanto a ejecución en obra es una de las primeras unidades de obra a construir, que tiene cierta complejidad en cuanto a coordinación con otros elementos, como la cimentación y que además nos va a permitir descender al detalle de los procesos productivos, tanto de redacción de proyecto de ejecución, como constructivos, así como  del uso y mantenimiento del activo, es decir de todo el ciclo de vida de este.

Antes de iniciar el desarrollo del artículo un brevísimo apunte sobre el concepto de productividad.

Productividad = Producción obtenida / Cantidad de recursos utilizados

En las siguientes imágenes tenemos el resultado del trabajo de definición en proyecto de ejecución de una pequeña parte de un saneamiento enterrado.

 

En la imagen anterior con CAD, donde se han dibujado con líneas y textos todos los elementos.

En la imagen anterior con CAD, donde se han dibujado con líneas y textos todos los elementos.

 

 

En la isométrica anterior vemos el resultado en 3D de el modelado, donde se puede observar que todos los elementos tienen su información espacial completa: cotas, dimensiones y pendientes; además de otros atributos como por ejemplo el tipo de material del elemento.

 

En cuanto a los recursos empleados la diferencia es notable, con CAD hemos necesitado una licencia de Autocad y probablemente menos de 2 o 3 minutos, colocando los bloques de arquetas, y resituando estas y los colectores sobre una base de estructura para evitar problemas, a las que añadimos una serie de textos que terminen de definir constructivamente el saneamiento, todo ello en sus capas correspondientes.

Al proceso de CAD debemos añadir la operación de medir manualmente longitudes de colectores y conteo de arquetas, y traspasar esa información a un software de presupuesto manualmente de nuevo, a menos que utilice medición sobre dwg en el propio software. En cualquier caso, hay que medir manualmente, lo que nos puede llevar entre 1 y 2 minutos.

En el caso de BIM necesitamos una licencia de Revit®, vincular la estructura para coordinar los elementos de saneamiento con esta, familias de arquetas, y un proceso de preconstrucción virtual de al menos 6-8 minutos, para colocar pendientes y cotas correctas en tubos y arquetas.

La medición puede estar automatizada con reglas de medición en software de presupuestos conectados directamente a la base de datos del modelo, o por ejemplo en Revit contando con las propias tablas.

A priori en ambos casos la producción obtenida es la misma. El proyectista ha definido en uno y otro caso el saneamiento enterrado tal y como se suele solicitar en un proyecto de ejecución, en el caso de CAD con un proceso de dibujo y otro de presupuesto, en BIM todo ello conjuntamente al modelar, y la diferencia de productividad, evidentemente a favor de CAD, entre tiempo invertido y costes de software ronda el 200%.

Todo lo anterior es el análisis rápido sobre la productividad de ambos métodos con una clara ventaja para CAD.

La cuestión es que se ha analizado la productividad desde el punto de vista del proyectista, solo se ha analizado el proceso en cuanto a redacción de proyecto, y esa es solo una parte del proceso de edificación y creación de activos. Debemos analizar también la productividad de CAD y BIM en todas las fases de construcción y operación.

Sucede, de igual manera, que en el caso de CAD hay una serie de “costes ocultos” y “riesgos” a incluir en el cálculo de la productividad, que se suelen pasar por alto.

Vamos a analizar esos costes ocultos y riesgos en ambas metodologías.

Empezando por la medición, la ausencia de cotas en CAD imposibilita conocer de antemano la profundidad de arquetas y pozos, y esto comporta dos problemas:

  • El riesgo de diseñar arquetas muy profundas que dificulten el mantenimiento. A partir de 1 m de profundidad para arquetas de 60-50 cm de lado interior, habría que ejecutar pozos, que son de mayor coste, con lo que aquí aparece un riesgo de sobre coste, no contemplado en proyecto.
  • Por otro lado, las arquetas deberían medirse por ml de profundidad real, y no por unidad, ya que no es lógico que una arqueta de 0,5m de profundidad cueste lo mismo que una de 0,9m. Este tipo de imprecisiones a la hora de definir el presupuesto pueden provocar reclamaciones de coste en fase de obra, ante cambios de proyecto por aumento de profundidad del saneamiento.

Con BIM, al conocer la cota de las arquetas, podemos vigilar que estas no superen ciertas profundidades, y se puede extractar la altura de cada arqueta para medición. En concreto en Revit es tan sencillo como tener una tabla de arquetas, con el parámetro de la profundidad de arquetas, y un formato condicional que nos resalte aquellas arquetas con una profundidad mayor que la que consideremos razonable para mantenimiento.

Siguiendo con la medición, en CAD nos encontramos el problema de la cubicación de la zanja para alojar a los colectores, excavación y relleno. Esta partida se suele medir aparte del colector. Cuando el proceso es CAD se suele hacer una estimación, pero con BIM, gracias a la información de cotas de los colectores, es bastante sencillo calcular con exactitud estas dos partidas de excavación y relleno, con lo que se extraen mediciones más exactas tanto para el abono de esta partida por el cliente, como para el cálculo de costes del jefe de obra.

 

En la imagen anterior el desarrollo de la tabla para el cálculo de volumen de zanjas de colectores enterrados.

 

El cálculo y comprobación de cumplimiento de normativa es otro coste que se suele pasar inadvertido en procesos CAD, a menos que en este proceso se haya incorporado un software específico de cálculo y diseño del saneamiento enterrado. En cambio, en BIM este cálculo y comprobación puede estar automatizado, y se realiza a la vez que se modela.

 

En Revit®. Tabla de comprobación caudal en función del diámetro de tubería y pendientes, según “Tabla 4.5 Diámetro de los colectores horizontales en función del número máximo de UD y la pendiente adoptada” del DB_HS 5.

 

Cuestiones como cumplimiento de pendientes mínimas, caudales de evacuación, o dimensiones mínimas de arquetas en función del colector de salida, son automatizables en Revit a través de tablas y familias evitando así el riesgo de cambios durante la obra, y los costes aparejados con estos por incrementos de obra, para mantener las condiciones normativas obligatorias.

Respecto a los costes ocultos con la comprobación normativa hay varios escenarios con CAD:

  • Un proceso de revisión manual y visual de las condiciones normativas de proyecto, en cuyo caso no sería un coste oculto, simplemente un coste de redacción de proyecto, sin las ventajas de la automatización que si presenta BIM, y que bajaría la productividad del proceso CAD.
  • Dejar la tarea del punto anterior en manos de la constructora o sus subcontratas.
  • O peor aún, una mala ejecución con riesgos de futuros problemas durante el uso del edificio.

Por último, vamos a abordar uno de los principales problemas del saneamiento enterrado: la coordinación espacial entre cimentación y otras instalaciones enterradas.

Aunque es posible la coordinación de elementos de diferentes disciplinas en CAD, ya que podemos superponer diferentes referencias externa en un fichero, esta no está automatizada, como si sucede con la detección de conflictos en los programas para BIM, y en el caso de CAD depende de una revisión visual.

Nuestra experiencia con CAD es que esta coordinación fina entre elementos constructivos se deja para la fase de obra, en coordinación con constructora y subcontratas, cuando ya quizás en muchos casos es demasiado tarde, como para que no provoque problemas de sobre coste o de cambios de diseño, que se suelen traducir en problemas de sobre coste, o de diseño ineficiente del edificio.

Por otro lado, la capacidad de visualización de los elementos constructivos según se está modelando en BIM, evita ya de por si muchos de los posibles conflictos constructivos, y es una capacidad que no tiene la metodología CAD.

 

Proceso de detección automática de conflictos entre saneamiento y estructura en Revit®.

 

Circulan cifras de reducción de incidencias con BIM de al menos el 53% (he visto esa cifra aumentada hasta el 83%, pero seamos conservadores).

Es en esta detección de conflictos donde quizás se encuentra el mayor “coste oculto”. El impacto en coste y plazo de las necesidades a última hora de colocar pasatubos, o peor aún de picar elementos estructurales para el paso de instalaciones es tremendo, es un coste que definitivamente hace improductivo trabajar en CAD en comparación con BIM, si tenemos en cuenta la productividad de todo el proceso.

 

Problemillas en obra.

 

Ahora que hemos incluido en esa comparativa de productividad CAD vs BIM esos costes ocultos y riesgos, y desde un punto de vista del proceso completo de la creación de un activo, ya es más que discutible que CAD sea más productivo que BIM, ¿no os parece?

Epílogo: alguien podría opinar que no hemos comparado CAD con BIM, si no que realmente hemos comparado Autocad con Revit, pero, aunque hemos puesto sólo ejemplos de cómo trabaja Revit® para BIM, cada vez que hemos mencionado la palabra automatización y control de calidad realmente estamos hablando de metodología BIM.

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